¿Cual es la mejor forma de vencer tus miedos?

Plantarles cara y enfrentarlos.

Nada nos paraliza más que el miedo; incluso podríamos decir que es el padre de todos nuestros males, por eso en Psicología existe una forma de superar miedos: exponerse progresivamente a ellos.

¿Estás segura de que tus miedos tienen una base racional ó por el contrario es tu mente quien los fabrica?

¿Tu respuesta a esos miedos es proporcionada?

¿Te paraliza, te imposibilita o solo te pone las cosas dificiles?

                             Estas preguntas quizá sean las que más te pueden ayudar en esta guerra contra tus miedos: reflexionar acerca de ellos y sobre cómo te hacen reaccionar.

Existe un refrán popular que dice: “Aquello que temí vino sobre mí” . Si nos paramos a pensar sobre cómo funciona nuestra mente nos daremos cuenta de que, si no queremos que suceda aquello a lo que tenemos miedo, simplemente tenemos que dejarle de tener miedo. Seguramente te preguntes a que se debe eso: si tengo miedo a salirme en una curva conduciendo mi moto, entraré en esa curva sin decisión, con inseguridad, con mis reflejos mermados, por tanto aumento las posibilidades de salirme; si tengo miedo a algo pongo TODA mi atención ese algo, y dejo el resto de aspectos desatendidos. ¿Cuantas veces has tenido miedo a no olvidarte de tal o cual cosa y lo que ha ocurrido es que has olvidado otra?

Aprender a gestionar los miedos y cambiar ese pensamiento tremendista o negativo por uno positivo es la clave para vivir más tranquilo. Cada vez tememos a algo y lo enfrentamos racionalmente y vencemos el temor que nos produce, nos damos cuenta, desde esa racionalidad, de que en realidad estamos a salvo, que aquello a lo que temíamos no nos va a afectar, sentiremos que “estoy bien y estoy a salvo”.

Con ello no quiero decir que lo ideal para vivir seguro es ser inconsciente o temerario, no; solo quiero hacerte ver que el mejor antídoto contra el miedo es la confianza en qie todo va a ir bien.

“Creas lo que te crees”, tanto para bien como para mal, y por tanto somos responsables de aquello que nos suceda.

En resumen; cuando te surja un miedo enfrentalo racionalmente y analízalo; convencete de que puedes controlar la situación y no permitas que tus emociones te secuestren y te lleven a sentir que ese temor se hará realidad; por el contrario, tomas las medidas necesarias para sentirte segura y convencete de que todo está bien, por que al final, lo que termines sintiendo será lo que en realidad ocurra.

“La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse”

Oscar Wilde

Dirás…¿Cómo puedo vencer mis miedos?

El primer paso es identificar esos miedos específicos y las creencias que hacen que se despierten. El miedo es algo más profundo que tan sólo una emoción, está alimentado por nuestras creencias de que algo malo sucederá.

Por ejemplo, un miedo que yo tenia a las profundidades se basaba en la creencia de que en el fondo del mar te traga, habia algo en el fondo que me atraería hacia abajo, asi que si me bañaba en un lugar profundo acabaria engullida por las aguas. Estarás de acuerdo conmigo en que no existe ninguna evidencia que apoye esa creencia que yo tenía, de hecho el cuerpo flota y el hecho de sumergirse y bucear es un acto voluntario.

Permiteme que te cuente el caso de Mariola, el nombre ficticio de una de las personas que acuden a mi consulta para aprender a gestionar sus emociones. Mariola llegó con autentico terror a los espacios estrechos y cerrados. Su pavor se basaba en su creencia de que quedaría atrapada y acabaría asfixiandose. Evitaba a toda costa los ascensores, subiendo a pie alli donde fuera. Mariola hacía lo que hacemos todos: evitamos aquello a lo que tenemos miedo, que es lo peor que podemos hacer.

Evitar las situaciones alimenta tus miedos, asi que si quieres vencerlos has de exponerte poco a poco, despacio, a aquello a lo que tienes miedo. Estos son algunos primeros pasos para ayudarte a comenzar el camino hacia tu victoria sobre el miedo:

Haz una lista

Mariola quería trabajar su miedo a “entrar en un ascensor”. Hizo una lista de cada uno de los distintos aspectos de “entrar en un ascensor” que le daban miedo o le producían ansiedad:

– Ver las puertas del ascensor

– Saber que tengo que entrar sola en él

– Saber que estaba dentro, de pie, aún con la puerta abierta

– Ver cómo se cerraba la puerta

– Escuchar los ruidos o sonidos mientras subia o bajaba

– Subir sola en ascensor

Prepara tu propia lista, como hizo Mariola, sobre tu miedo en particular.

Identifica tus creencias falsas

Como decíamos, el miedo es alimentado por nuestras creencias. Nuestras acciones y decisiones vienen determinadas por esas creencias.

Te invito a que identifiques esas creencias, tal y como yo hice sobre el buceo. En el caso de Mariola, descubrió que ella creia que quedaría atrapada por el ascensor y que se asfixiaría dentro. Estarás de acuerdo conmigo que ese su miedo era totalmente irracional. Puedes quedarte atrapada, pero tienen ventilación, no son estancos y es técnicamente imposible asfixiarse dentro.

Ahora, tu turno…. Identifica esa creencia falsa sobre tu miedo.

Relájate

Cuando nos enfrentamos al miedo nuestro sistema nervioso capta el peligro y envía señales a nuestro cerebro para alertarnos de él. Nuestro cerebor se pone en modo “huida o ataque” y desconecta la parte de nuestro cerebro que nos permite el pensamiento racional y lógico. Necesitamos calmarnos , asi que aprende y practica regularmente la respiración profunda y relajante. Eso sí: asegúrate de recurrir a ella ante el primer signo de ansiedad, no cuando estés ya fuera de control.

Comienza por un “mordisquito”

Vuelve a la lista de situaciones que te producía ansiedad, y comienza a trabajar con aquella situación que te produzca menos ansiedad. En el caso de Mariola era la primera, ver las puertas del ascensor; le invité a que se situara frente a las puertas de ese ascensor y se enfrentara a esa ansiedad.

Acepta esa ansiedad, sientela, ante todo no la evites y aplicale la respiración lenta, profunda, relajante que aprendiste. Respira de esa forma todas las veces que necesites. Cuando  sientas que la ansiedad ha desaparecido, estarás preparado para el siguiente paso.

No pretendas ir de un tirón. Hoy solo enfrentate a lo que menos miedo te produce. Si fuera necesario, hazlo acompañado de alguien que te haga sentir seguro y a salvo.

“Si estamos dispuestos a mirar a la cara lo que tenemos, acabaremos por tener el control de lo que nos angustia.”

Allan Percy

Cada día darás un pasito más, te sentirás capaz de afrontar poco a poco cada uno de los aspectos de tu lista. Para Mariola supuso un trabajo largo, le llevó varias semanas afrontar algo que le daba pavor, pero a base de “mordisquitos” le perdió el miedo a los ascensores. Igual que ella Tú puedes lograrlo.

Créeme: el miedo no es para tanto.

 

La realidad es que todo lo que tememos podría llegar a pasar. No vivimos en una burbuja y por el hecho de vivir nos exponemos y nos arriesgamos. Cruzar una calle nos expone a un accidente, bajar una escalera a que nos retorzamos un tobillo con un mal paso, pero no pensamos en ello. Pese a que todo esto nos puede ocurrir no le tenemos miedo y aceptamos el riesgo. Las cosas pasan, son parte de la vida. En el caso de Mariola, tuvo que enfrentarse al hecho de que podía quedar atrapada en el ascensor. Una vez que estuvo dispuesta a que podía ocurrir pero que en realidad no pasaba nada, el miedo dejó de tener poder sobre ella.

Si tus miedos se han vuelto invalidantes, si te atenazan y limitan tu vida, es posible que desees consultarnos como terapeutas expertos que somos en Gestión Emocional. Podremos ofrecerte ayuda. Requerirá compromiso y trabajo, pero la recompensa bien vale la pena.

Y Tú, ¿ Qué miedos en tu vida necesitas eliminar?

Cuentanoslos en comentarios y sobre todo:

¡Vé tras ellos!