Ese miedo a equivocarnos….
Decidir es una tarea en la que, supuestamente, todos somos expertos; lo tenemos bien entrenado, ya que hemos de tomar decisiones a cada momento. Pese a ello en ocasiones nos bloqueamos y no sabemos decidir entre varias opciones. Nos surge el miedo a equivocarnos.
Vivimos en una sociedad cargada de información que ofrece infinidad de opciones para casi todo y por eso podríamos pensar que precisamente contar con tanta información podría facilitarnos la toma de decisiones.
La realidad es que barajar tantas opciones nos dificulta la tarea de decidir y nos conduce al el miedo a decidir:
- ¿Ha llegado la hora de formar una familia, o todavía no?
- ¿Este colegio es el adecuado para mis hijos o mejor busco otro?
- ¿Cambio de coche?
- ¿Acepto este ascenso?
- ¿Sigo con esta pareja?
- ¿Cambio de casa?
Cualquiera de estas opciones sobre las que a veces nos resulta difícil de decidir son reversibles, pero no por ello el miedo a tomar la decisión errónea, el miedo a equivocarnos, es menos potente.
El miedo a equivocaros nos puede llevar a aplazar la decisión, con el “run-run” en nuestras cabezas que esto supone. Aplazamos la decisión con la esperanza de que aparezca un dato nuevo que incline la balanza a favor de una opción o de otra, o que el propio contar de las horas haga a alguna opción desaparecer.
¿Has visto hasta que punto el miedo a equivocarnos influye en nuestra vida?
Cuanto más importante sea la decisión, mayor es el miedo a equivocarnos.
El miedo, en general, tiene una función adaptativa muy importante: protegernos, obligándonos a actuar con cautela.
El miedo a equivocarnos está vinculado a la responsabilidad, nos hace reflexionar y valorar las posibles opciones antes de tomar una decisión.
Las consecuencias del miedo a equivocarnos
Sentir miedo ante la posibilidad de no hacer una buena elección nos hace entrar en el bucle de la indecisión, nos resta capacidad de reacción y nos agota al intentar entender o razonar algo, sin darnos cuenta de que en la razón y en los datos no está la solución.
Con tal de eludir la responsabilidad de elegir nos empecinamos en encontrar fuera de nosotros información que nos ayude a decidir qué opción es mejor tomar. Experimentamos la falsa creencia de que pensando y pensando llegaremos a una conclusión segura y certera que terminará con el riesgo de meter la pata.
Nos pasamos la mitad de nuestra vida evitando problemas, en vez de afrontándolos, eludiendo nuestra responsabilidad en los errores y esto, sin lugar a dudas, genera más errores aún.
Las razones ocultas del miedo a equivocarnos.
Existe una palabra que nadie quiere escuchar, y esa horrible palabra se llama torpeza. A nadie le gusta creer que es un inepto, y cometer errores está asociado erróneamente en el inconsciente colectivo con torpeza.
A nadie le gusta enfrentarse al dedo acusador de la sociedad, que se burla sin compasión de las equivocaciones que cualquiera puede cometer. Por eso nos ofendemos tanto cuando nos hacen ver nuestros errores. Nos resistimos a aceptar que nos equivocamos, haciendo incluso que el error sea más grave.
Vemos los errores en los demás y nos resultan inaceptables los nuestros. Por eso si no elijo, si no decido, no cometo un error.
Todos, en general sentimos la necesidad de sentirnos aprobados por quienes nos rodean. Nuestra confianza en nosotros mismos se construye sobre nuestra propia valoración, y la valoración de otros. Todos necesitamos seguridad, y sino la sentimos, se desmorona la base de nuestra personalidad, se ve afectada nuestra autoestima y nos convertimos en incapaces de enfrentar situaciones.
Recuerda:
Tomar decisiones es una tarea que no puedes delegar y a la que no puedes renunciar .
Las decisiones deciden tu futuro y, sobre todo, te hacen responsable de él.
En este video Sir Ken Robinson nos habla de como el miedo a equivocarse afecta a nuestra creatividad, entendiendo creatividad desde la capacidad de resolver situaciones.
Me gustaría despedirme lanzándote una pregunta:
Si no tuvieras miedo: ¿Qué intentarías?.
Dejanos tu respuesta en Comentarios.
Gracias y te espero en el próximo post.
Creo que últimamente el miedo dirige en muchas ocasiones mi vida y mis decisiones. A mí el miedo me paraliza y me impide actuar, avanzar. Es una lucha constante. ¡Gracias por el post!
Gracias a ti, Elena, por compartirlo con nosotros.
El miedo paraliza pero a veces tambien nos convierte en reactivos y nos puede llevar a decir lo que no pensamos o a hacer una locura que nunca hubieramos imaginado. De ahí que sea necesario aprender a gestionar esas emociones.
Muchas gracias por tu aportación
¡Hola, guapa!
El miedo a equivocarnos siempre planea en todas las decisiones que tomamos. Depende del carácter de cada uno el miedo será más acusado o no. En mi caso personal, no suelo temer a cometer errores, hace tiempo que entendí que equivocarse es parte de la vida y que no pasa nada. No hacer nada o no tomar una decisión también es decidir aunque sea por omisión. Suelo tardar bastante en decidir pero cuando lo hago mantengo mi decisión hasta el final porque tengo el pleno convencimiento de que es lo mejor para mí o para los míos. Un abrazo.
Eso es fantástico, Rosa…. saber tomar decisiones a tu propio ritmo, para evitar ese miedo invalidante.
Muchas gracias por tu aportación
El miedo a equivocarnos definitivamente influye mucho en nuestras vidas para bien o mal. Me parece muy cierto cuando comentas que pasamos la mitad de nuestra vida tratando de evitar problemas, en vez de afrontarlos. El cual solo genera más errores. Muchas gracias por el post.
Gracias a ti, Emma por tu comentario.
Equivocarse es de sabios y de valientes, porque al menos lo habremos intentado
Leo tu entrada y se me viene a la cabeza más de una situación en la que he dejado de actuar por miedo a equivocarme, a fallar, a ser juzgado. Lo difícil, es reconocer que ese miedo se hace más grande porque ponemos el peso de nuestra propia aceptación, en lo que piensen o digan los demás. Al final, casi siempre terminamos tomando decisiones, que bueno sería todo si no tuviéramos que sobrepensarlas, si fuéramos capaces de tomarlas desde la confianza y la aceptación, no desde el miedo.
Verdad?
Miedo a fallar, a no gustar, a no cumplir expectativas ajenas, miedo al juicio… miedo, miedo. Miedo invalidante que no nos deja ser mejores.
Ese tipo de miedo es el que hemos de aprender a gestionar.
Mil gracias por tu aportación!
El miedo, lo vemos como un enemigo y sin embargo creo que no.lo es. Si no nos paraliza puede llegar a ser hasta un buen amigo que nos avisa, nos protege e incluso nos mantiene alerta.
Así es Carmen, si no temieramos a que nos atropellara un coche, no miraríamos, asi que nos protege.
El miedo, como cualquier emoción, no es bueno ni malo, todo depende de si nos limita y nos complica la vida o si noa protege y nos ayuda a seguir adelante.
Muchas gracias por tu aportación
Uy el miedo… dicen que es ausencia de amor…
Da para tanto esta palabra…
La verdad es que pocas veces nos paramos a pensar qué es, pero lo cierto es que todos lo sentimos. Y como es de esos invitados incómodos, tendemos a darle esquinazo. Pero es mejor presentarse ante él, aunque apetezca poco, para entenderlo y así verlo de otra manera… hasta puede sernos muy útil.
Gracias por esta entrada, me ha gustado leerte.
Un abrazo Paloma!! 🙂
Muchas gracias Mónica
amor….miedo…. que complicado parece y cuanto nos complica la vida…