Una mujer que piensa que ha de ser capaz de hacerlo todo y hacerlo bien, que lucha por la deseada Conciliación mientras hace lo imposible por compatibilizar el cuidado de la familia con su carrera profesional, con atender las necesidades de los hijos, con llevar la casa, con mantener su vida social y además ha de sacar tiempo para ir al gimnasio; alguien que siempre esta preparada y que nunca se concede un respiro, que da sin esperar recibir nada a cambio y que satisface las necesidades de los demás a costa de su propia felicidad: ese es el perfil de una Superwoman.
La búsqueda de la conciliación soñada, el anhelo de la autentica co-responsabilidad sobre los hijos y sobre todo de la perfección en el desempeño de todas las actividades tanto en el trabajo como en el hogar son, entre otras, las causas principales de la aparición en los países desarrollados del trastorno conocido como Síndrome de Superwoman. La mujeres afectadas por este síndrome son aquellas que a la vista de un panorama empresarial en el que la conciliación brilla por su ausencia, puedan o no , e incluso a costa de su propia salud fisica y psicológica, quieren hacerlo absolutamente todo por si mismas y además hacerlo a la perfección. Se ven sometidas a un intenso sentimiento de culpa y frustración por no ser capaces de cumplir con las expectativas que se han autoimpuesto o con lo que ellas creen que esperan los demás de ellas.
Mientras las empresas tienen el tema de la conciliación familiar en la carpeta de pendientes, las mujeres nos hemos incorporado al mercado laboral sin haber podido dejar de lado el desempeño de nuestras labores dentro del hogar. Muchas de nosotras nos sentimos en la obligación de seguir asumiendo todos los roles familiares impuestos por tradición, lo cual nos genera una tremenda autoexigencia; todo ello sin olvidarnos de que, debido a la importancia que se le da a la propia imagen en nuestra sociedad, a la larga lista de responsabilidades a las que nos enfrentamos haciendo malabarismos en busca de la conciliación que nunca llega, habría que añadir la de no descuidar nuestro físico y mantener un aspecto joven e impecable.
“Lo hacen todo desde que se levantan temprano por la mañana hasta que se meten rendidas en la cama por la noche, lo que les conduce a padecer un sinfín de síntomas físicos”, afirma Marjorie Hansen Shaevitz, Directora del Instituto de Trabajo, Familia y Relaciones en La Jolla, Estados Unidos, y autora del primer tratado sobre este tema, con el titulo de “Síndrome de Superwoman”, que vio la luz en 1984.
La doctora Deborah Krause, psicóloga de la Columbia Behavioral Health Network en Estados Unidos, define este trastorno a través de una de las consecuencias más graves que provoca, el insomnio:
“La falta de sueño es siempre el resultado del Síndrome de Superwoman, en el que la persona no solo piensa que puede hacerlo todo, sino que se siente responsable de todo. Madres que atienden a los hijos, a familiares enfermos, se responsabilizan de la casa y ejercen diariamente una profesión o, simplemente, mujeres que viven solas. El nuevo mal puede afectar a todas ellas, sin distinción de edad, estatus social o económico. Nadie puede estar en pie 18 horas al día, siete días a la semana. Pero para estas mujeres, en la mayoría de ocasiones, la única razón legitima para decir NO es cuando un medico les dice que están enfermas”.
Una de las razones por las cuales padecer el Síndrome de Superwoman transciende al mero aspecto sociológico y se convierte en peligroso para la salud se debe a los niveles de estrés que el esfuerzo por ser perfecta genera. Estrés que se manifiesta en la forma de irritabilidad, dificultades de concentración y de memoria, indecisión, cambios de humor o ideas negativas persistentes y por supuesto malestar físico y tensiones.
No se puede imaginar a Superwoman sin Kriptonita… ¿Y cual sería esa Kriptonita? ¿Qué nos permitiría librarnos de esos superpoderes?: ¡la tan ansiada Conciliación! . Mientras llega no queda otra que darnos cuenta de que nos hemos dejado atrapar en esta red de autoexigencia. Para salir de esta trampa, para esperar esa conciliación sin morir en el intento, el primer paso sería reducir la carga de estrés diaria, aprendiendo a concienciarnos de que no podemos ser perfectas en todo, a ser realistas con el tiempo y con nuestras propias capacidades, a delegar en los demás, a aceptar su ayuda y sobre todo pedirla, hacer ejercicio, aprender a relajarnos, seguir una dieta sana (no vale eso de “pico cualquier cosa y sigo”), asegurarnos un buen descanso y concedernos atención y tiempo para nosotras mismas.
¿Te consideran una Superwoman?
¿Cómo resuelves los problemas de Conciliación?
cuando nació Mi pequeño yo era un poco así, hasta caí en una depresión pero con el tiempo (y ayuda profesional) me di cuenta de que era más feliz aunque dejara cosas sin hacer, como la casa. Ahora he aprendido a priorizar y soy más feliz… Y mi familia también.
¡Enhorabuena…. dar prioridad a la felicidad es lo que nos hace verdaderamente felices!
Yo me propuse desde el 1 de enero de este año dedicar mis mañanas a mi trabajo y las tardes a todo lo demás. Al principio bien, porque venía descansada de las vacaciones de navidad. Pero cada vez me cuesta más, y eso que llevo apenas dos meses. Me gusta trabajar desde casa, pero desde una casa recogida, sin ropa enmedio, etc. Así que las mañanas se me hacen demasiado cortas para sacar adelante el trabajo que quiero sacar, y las tardes más cortas todavía para llegar a las extraescolares, la plancha, las comidas, cenas, limpieza…. Es cierto que me doy la paliza entre semana y los fines de semana procuro descansar y coger energías para la semana, pero no es que quiera ser perfecta en todo, es que hay cosas que hay que hacerlas y el día sigue teniendo 24 horas. Sigo trabajando en gestionar mi procrastinación también, jeje.
Los propositos de principio de año son, a veces, dificiles de cumplir, pero necesarios de plantear. El dia tiene 24h de las cuales el momento más importante es el de irse a la cama sintiendose bien y sin sentirse culpable por no llegar a todo. Gracias por tu comentario y por tu esfuerzo en gestionarte
¡Cuanta verdad! Yo sufrí ese sindrome en los primeros meses de madre hasta que un día me dije «o renuncio a algo o muero» y así fue. Empecé a trabajar desde casa (emprendedora) y a dejar las cosas de casa «sin hacer». Tuve que hacerle entender a mi pareja lo que conlleva trabajar desde casa (y más con un peque) y que las tareas del hogar tendriamos que repartirlas exactamente igual, que si yo trabajara fuera. No es fácil trabajar desde casa y ver los platos sin lavar, pero es adaptarse. En cuanto acabo mi «horario» laboral pues se hacen las tareas. Superwoman para los cómics, a las demás con ser madres y persona ya nos llega 😉
Gracias Yolanda por tu comentario. En él aparece la figura de «la pareja». Nos estamos haciendo un lio con 2 conceptos que tienen que ver pero no son lo mismo: la conciliacion y co-responsabilidad. Yo concilio, el concilia (o no) pero ambos tenemos la co-responsabilidad de la casa, de los hijos, de los ingresos, de llamadas desde el cole porque está el niño malito y hay que recogerlo. CO = de los dos, compartido. Ahi empieza la verdadera conciliacion: a dos bandas.