Todos hemos presenciado ocasiones en las que alguien “estalla con rabia” de manera inesperada y desproporcionada: ¿Qué le está sucediendo realmente? Simplemente que fueron sus emociones quienes “secuestraron” su razón o su voluntad, haciéndole reaccionar así; de hecho no es extraño escuchar un: “no sé que me paso, ni yo mismo me reconocía”.
Los seres humanos, de la misma forma que los animales, reaccionamos a los estímulos adaptando nuestro comportamiento a estos; tenemos emociones y nuestro estado emocional cambia dependiendo del ambiente que nos rodea. Los estímulos que recibimos, principalmente por lo sentidos, van despertando en nosotros recuerdos que teníamos almacenados en nuestra mente subconsciente.
Las Anclas Mentales son estímulos externos capaces de desencadenar una respuesta o alterar nuestro estado emocional. Un olor, una imagen, una palabra, un lugar, son poderosas anclas que nos transportan instantáneamente a momentos vividos y nos llevan a revivir acontecimientos. Recibir determinados estímulos provoca de forma inmediata en nosotros una emoción que nos invade sin “causa real” aparente. Así, un día lluvioso puede producirnos tristeza o una aglomeración de gente angustia si hemos establecido a nivel inconsciente una asociación entre la situación y la sensación.
Podemos crear Anclas Mentales Negativas sin darnos cuenta: por ejemplo, llegamos a casa muy disgustados y tensos por nuestra situación laboral, abrumados por la presión a la que nos somete nuestro trabajo: ¿Qué ocurrirá si en ese instante nuestro perro sale a recibirnos? Es muy posible que de una forma no intencional conectemos la efusividad de nuestro perro con los problemas laborales que nos tienen preocupados. Si esto sucede día tras día, se creará un Ancla Negativa y así siempre que el perro se nos acerque efusivamente se nos despertaran sentimientos de rechazo y rabia contra él, sin saber por qué. Similar a este ejemplo existen multitud de situaciones ante las cuales vemos limitada nuestra libertad de reacción: cuando alguien utiliza una palabra o frase que nos recuerda a algún insulto recibido; un nombre que no nos gusta por recordarnos a alguien; evitar asistir a un funeral por recordarnos la pérdida de un ser querido; un lugar al que no queremos ir por recordarnos un hecho doloroso acontecido allí o en un lugar parecido; el hecho de sentir inseguridad a la hora de tomar decisiones puesto que de niño se mofaron de nosotros; sentir miedo escénico a una situación por recordar un fracaso o un ridículo, entre otros. Si arrastramos anclajes negativos similares a estos veremos limitada nuestra libertad de actuación, ya que quienes realmente llevarán las riendas de nuestras reacciones serán las emociones despertadas por esos recuerdos desagradables, no nuestra mente racional.
Las anclas negativas se pueden evitar desde el momento en que seamos capaces de reconocer nuestras reacciones. Si hemos caído en el hábito de responder de manera negativa ante ciertas situaciones, una vez nos demos cuenta de que estamos actuando así haciendo que “paguen justos por pecadores”, podremos decidir si nuestra reacción es la adecuada o si sería conveniente cambiar de registro; será entonces cuando el efecto de esas Anclas Emocionales quedarán anulados.
Nos encantará que nos cuentes algunas de tus anclas positivas: ¿ Te animas?
Hola!
Hemos decidido mi ex pareja y yo darnos una oportunidad y resulta qué cada vez qué hablamos de cierto compromiso a ella le coge como ansiedad en el estómago, tiene sensaciones dolorosas del pasado y se tiene que apartar de mí todo y reconocer que le gustaría estar conmigo. Somos capaces de pasar un día perfecto pero no hablar de compromiso o pareja pq le coge algo y prefiere estar sola pq dice qué está tranquila. No sé qué hacer o cómo actuar.
Lamento la situación y te invito a visitar el post relacionado con el miedo al compromiso, que tambien encontrarás en este blog
Me gusta mucho leerte, cada vez aprendo algo nuevo. Este material que nos has dejado es muy sencillo de entender, pero requiere de mucho tiempo para analizar, me lo llevo y trataré de entenderme un poco más. Saludos
Gracias Yolanda; si hay algo que no acaba de estar claro, estaré encantada de ayudarte.
Un tema interesante Paloma, es algo que a mí me ocurre a menudo en ciertas épocas del año, cuando recuerdo algún acontecimiento. Voy a tratar de poner en práctica como actuar cuando los identifico. Gracias por el artículo.
Si, epocas del año, olores, sonidos…. son anclas que nos transportan a otros momentos. Es verdaderamente potente. Gracias Paola por tu comentario
Has dado en el clavo conmigo, Paloma. Suelo explotar con ciertas anclas de este tipo cuando mis enanos me ponen como las motos y por no reaccionar mal con ellos lo pago con cualquier adulto que tenga cerca. A ver si aprendo a controlar al caballo desbocado que llevo dentro siguiendo tus consejos. Gracias!
controlar……mejor gestionar, porque siempre que controlamos algo le damos el poder de descontrolarse. El primer paso para ello es DARSE CUENTA de que lo hacemos asi. Cuando vuelvas a pagarlo con alguien al que no le corresponde, dile lo que esta pasando, asi quitas hierro a la situación.
Gracias Mamen por tu aportación
Nunca me lo había planteado de esta forma, la relación de un acontecimiento, situación o momento con nuestro pasado. Pero como siempre, lo mejor es conocer, de esta forma se puede atajar el problema. Me surge una duda: ¿también hay anclas mentales positivas?
por supuesto!!!
el olor de la chimenea que te recuerda al invierno o a la nieve… el del chocolate caliente que te recuerda a las meriendas de la abuela…. un perfume que te recuerda al olor de tu madre… una canción que te trasporta a un momento romantico…. no solo te recuerda esos momentos, sino que despierta en ti una sensación de placer que se transmite en tus reacciones.
¡Cuánta verdad hay en este artículo! Hay tanto que nos ata y que tenemos que liberar. Gracias a personas como tú, podemos liberarnos de esas cadenas que nos atan a emociones que no son beneficiosas para nosotras. Muchas gracias por hacernos reflexionar y crecer. Un abrazo.
Gracias a ti, Carmen por tus palabras y por seguirme. Me hace muy feliz saber que mis articulos te son de ayuda
Pues un ancla positiva, que me recuerda la navidad y como la disfrutaba viendo películas en casa, merendando o comiendo palomitas es la película de Cascanueces y la música del tema principal… es una sensación de estar cómoda y confortable muy agradable.
a que si!
son sensaciones que tenemos atesoradas y es francamente agradable y beneficioso que se despierten.
Gracias Inmaculada por tu aportación
Excelente post que nos ayuda a estar más alerta ante estos comportamientos «aprendidos». Que importante es estar alertas ante nuestras actitudes a ciertos eventos, para poder analizarnos y corregir!
…y todo lo aprendido lo podemos desaprender!
esa es la mágia de nuestro cerebro.
Conozcamonos para identificar las anclas que quiero quedarme y las que tengo que trabajar para hacerlas desaparecer
Gracias MIlagro por tus palabras
[…] hace porque nosotros hemos decidido, inconscientemente, que así sea. Nosotros definimos nuestros límites y sólo nosotros construimos las barreras que nos impiden progresar y que nos alejan de esos […]