El término “Síndrome de Pollyanna” surge a partir de una película de Disney rodada en 1960 cuya protagonista, la pequeña Pollyanna, mantenía una actitud optimista ante cualquier situación y, precisamente por esa actitud, aportaba amor y luz a las vidas de aquellos con los que se cruzaba. Se dice que una persona con una “personalidad Pollyanna” es excesivamente optimista pese a que en su entorno reine la desesperanza, esta llena de pensamiento positivo. Los pensamientos negativos y las limitaciones que muchos sentimos en nuestra vida no tienen cabida en el corazón y en la mente de estas personas ya que semejantes conceptos no existen en su naturaleza

Evidentemente estar al lado de una persona perpetuamente positiva puede resultar frustrante ya que todos sabemos que la realidad no es tal y como la ve, pero… ¿Por qué caricaturizamos a Pollyanna cuando ella era simplemente una niña con grandes dosis de actitud y pensamiento positivo? En vez de menospreciarla deberíamos aprender de ella.

Esto no significa que debamos convertirnos en ella, pero cuando uno se para a pensar un poco en su actitud vital se da cuenta de que el pensamiento positivo es la mejor forma de encarar la vida. Nuestro pensamiento crea nuestra realidad, por eso es una lástima estar creando nuestra realidad basándola en pensamientos negativos. Cuando nos damos cuenta de esto entendemos que no nos podemos permitir el lujo de tener pensamientos negativos y decidimos optar por el pensamiento positivo

Einstein sostenía que “estamos encajonados en los limites que nos pone nuestro pensamiento”. El control de nuestra mente es esencial para lograr el control de nuestra vida y todos tenemos la capacidad de elegir como y que queremos pensar. Puede resultar al principio un tanto laborioso romper el hábito de tener pensamientos negativos, pero se trata solo de eso: de un hábito. Por eso el truco esta en cultivar el hábito de buscar lo positivo en cada cosa

El primer paso es darse cuenta de en que momento uno está teniendo un pensamiento negativo. Nos sorprendería descubrir cuántos de esos más de 70.000 pensamientos que se calcula que tenemos cada día son negativos.

Una vez que nos damos cuenta de que estamos teniendo pensamientos negativos, sea lo que sea que nos ocurra o lo que pensemos, intentemos encontrarle una ventaja. Si nos basamos en el hecho de que nuestro mundo exterior es fiel reflejo de nuestro mundo interior, ¿de qué forma elegimos pensar? Fomentemos el hábito de tener pensamiento positivo.

Una Buena herramienta es recurrir directamente a las afirmaciones positivas: frases positivas que se repiten a lo largo del día para manifestar una realidad positiva. Esta es una forma de valernos del poder de las palabras en nuestro propio beneficio porque nuestra realidad empieza con un pensamiento.

Los pensamientos positivos que nos repitamos diariamente han de ser personales, presentes y por supuesto redactados en positivo. Por ejemplo optamos por un “hoy lograre todo lo que me proponga” en vez de un “hoy no tendré problemas”. Podemos empezar con algo simple, como “hoy elijo ser feliz” o “yo creo mi propia realidad”. Se pueden escribir, decir, cantar, leer… pero, idealmente, repetírnoslas un mínimo de 10 veces al día.

Nuestro pensamiento crea nuestra realidad. Fomentando el pensamiento positivo llegaremos a sentir y vivir en positivo

Y Tú… ¿Te consideras una persona positiva? Nos encantará conocer tus impresiones.

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